Dicen que las noches suelen ser oscuras para poder esconderse, mirar sin ser visto, dar un trago solitario, escuchar el silencio, temer a la soledad en medio de una calle gigante y ya vacia, perderse en el camino, y con mucho gusto desear no encontrarlo jamás. Sentir el frio en los huesos e imaginar unas manos que muy lentamente te abrazan con una chaqueta que te queda cinco tallas grande pero con la que te sientes tan cómoda y arropada cómo nunca y sonries, a la noche.
Mi noche es distinta a la tuya. És única.
Me deja imaginar mi mundo a cada instante y juega a pintar colores en él, me muerde para que me ria en su cuello. Nunca me aparta la mirada, nunca. Se esconde y yo corro rápido muy rápido y la busco por todas las calles, esquinas y portales de este basto mundo, sin saber que mi noche esta detrás de mi, mirandome en silencio, sonriendo, con los ojos brillantes, esperando a ser descubierta.
Mientras la noche duerme me envuelve con su oscuro cuerpo y me fundo, desparezco en ella, y me encanta, formo parte de mi noche, me siento en casa, en paz, respiro...respiro al compás de sus latidos mientras su aliento me da el calor necesario para cerrar los ojos y dormir, soñar. Soñar que me pierdo en mi noche toda la noche y ver que el sueño continua en medio de la luz de la mañana con un beso suyo al despertar.
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